Tú: -le mordiste el labio mientras hablaba- realmente aléjate. – lo corres y comienzas a caminar de vuelta al bus.
Bill: no te creo, sabes que no te creo y no te creeré, vamos a ver quién termina ganando el juego.
Tú: já,-sonríes- me gusta este Bill, más atrevido, pero no te confíes, no tienes lo necesario.
Bill: -sonríe-
Tú:-te vas-
La noche siguió su curso, tardó horas en llegar una grúa con lo necesario para cambiar las ruedas y luego de realizado el trabajo, subieron todos y el bus pudo volver a marchar, te fuiste a dormir, tenías frío y querías el calor de tu cama, poco a poco el sueño te ganó & por la mañana te despertó un movimiento brusco del bus, con el que casi te caíste de la cama.
Tú: auch, maldito bus, de nuevo me caigo.
Te levantaste, habías dormido con un poleron y un short bastante corto, tomaste tu toalla y te dirigiste al baño, si no te bañabas, no despertarías jamás. La sorpresa fue grande cuando jalaste la perilla y encontraste a alguien en tu baño, sí, a alguien, ese alguien era justamente a quién no te querías encontrar, Bill, quién estaba frente al espejo del baño mirando su rostro envuelto en una toalla. ¡Menos te lo querías encontrar en el baño de tu habitación sólo en toalla! no merecías sufrir por tamaña tentación.
Bill:-se sobresalta- ¿Qué haces aquí?
Tú: ¿Qué haces tú aquí?
Bill: tienes que tocar la puerta antes de entrar, podría haber estado desnudo.
Tú: como si no te hubiera visto… eso no importa, ¿Qué haces aquí?
Bill: ¿no se te ocurre que nuestra ducha sigue mala?
Tú: ¿desde cuándo estás aquí?
Bill: no sé, 15 minutos.
Tú: ¿y aún no te bañas?
Bill: estaba cuidándome el rostro primero.
Tú: ¿cuidándote el rostro?
Bill: cremas y esas cosas.
Tú: eres una nenita. Sal, me quiero duchar.
Bill: estoy yo, tendrás que esperar.
Tú: te has demorado mucho, ya perdiste tu tiempo, vuelve luego, o deja tu mensaje en el buzón de voz.-burlesca-
Bill: no me ire.
Tú: vete.
Bill: si quieres podemos bañarnos juntos, no hay problema.
Tú: vete.
Bill: no.
Tú: vete.
Bill: deja de ser bruja, no me iré de aquí hasta ducharme, y eso lo hago luego de mis cremas.
Tú: ¿por qué eres tan molestoso?
Bill: tú entraste aquí a molestar.
Tú: como quieras.-se saca el polerón y el short, queda sólo en ropa interior-
Bill: ¿Qué estás haciendo?-nervioso-
Tú: no te pienso esperar.-entra a la ducha, corre la cortina-
Bill: hey, pero eso es trampa, si yo la iba a ocupar.
Tú: -asomando la cabeza por un lado de la cortina- IBAS.-cuelgas tus sostenes y tus bragas-
Bill: eso es un tanto provocador ¿no crees? no debes llegar y bañarte al lado de cualquier hombre.
Tú: -vuelve a meter la cabeza y corre bien la cortina- tú eres gay, así que no me importa.-enciendes la ducha-
Bill: ¡sabes que eso no es verdad!.
Tú: ¿por qué debería saberlo?
Bill: sabes porque deberías saberlo.
Tú: ¿Por qué nos acostamos? Eso no te hace hombre, ni siquiera fue bueno, cualquier mujer puede fingir un orgasmo.
Bill: ¿fingir? ¿Qué? ¿Estás bromeando? Tú no fingiste nada.
Tú: eso lo sé yo, no tú.
Bill: ¡no seas mentirosa!-enojado-
Tú: ¿recuerdas esto? -suelta unos gemidos-
Del otro lado Bill escuchaba los sonidos mezclados con el caer del agua, no pudo evitar imaginarte allí adentro, aunque a la vez le enojaba lo que le decías.
Bill: ¡mentira! Sólo dices esto para molestarme.
Tú: -sueltas una carcajada- asume tu realidad, no eres bueno siendo hombre.
Bill: seguro, en realidad te mueres por tenerme cerca de ti.
Tú: -suelta otra carcajada- preferiría hacerlo hasta con Tom, antes que contigo.
Aquellas palabras hirieron de manera repentina el ego del hermano menor quién echaba llamas por los ojos ante aquellas declaraciones.
Bill: ya sabrás lo que es bueno, te haré pedirme más.
El más alto de los Kaulitz se deshizo de su toalla y entró a la ducha.
Tú: -lo miras de arriba abajo.- ¿qué pretendes?
Él no respondió, simplemente junto sus labios de la forma más pasional que pudo, era la primera vez que te besaba tan intensamente, le seguiste el beso, después de todo, eso era lo que querías lograr provocándolo, tenías la esperanza de que reaccionara, que dejara la timidez, y aún más disfrutabas el hecho de sacar a ese Bill distinto, que prefiere arriesgarse. Te tenía contra la pared mientras el agua corría por sus cuerpos, tenía una mano en tu cintura y con la otra sostenía una de tus piernas, cogías su pelo y lo acercabas aún más a ti, su erección te rosaba y eso te excitaba aún más, pero no querías expresarlo, no querías que se sintiera triunfador al saber el placer que te estaba haciendo sentir. Pero no pudiste contenerte, entró en ti y diste un gemido que él ahogó con un beso, para luego seguir con embestidas, a ratito fuerte, a ratito lento, la respiración se aceleraba cada vez más, sentías un centro de placer en tu entrepierna, y mientras pasaban los minutos tus piernas se iban debilitando, sentías que caerías en cualquier momento, pero no podías parar, tus músculos se tensaban y él gemía, despacio, pero constantemente, hasta que ambos llegaron al orgasmo, por unos segundos reposaste tu cabeza en su pecho, estabas cansada y querías mojarte un poco más.
Bill: ¿por qué te da tanto miedo aceptar que me quieres?-en voz baja-
Tú: …
En ese momento Bill tomó su toalla y salió de la ducha, te quedaste inmóvil mientras sentías cerrarse la puerta de tu habitación y luego los pasos de él bajando. Habías notado su rostro al irse, estaba triste, y eso te dolía.
Tú: pero… Bill…ash, soy una tonta.
es cortito, pero quería subir algo que sea, eso, ojalá les guste c: