Seguidores

jueves, 9 de enero de 2014

#12 Lo habitual.

Tú: Bill, aléjate.
Bill: no estoy haciendo nada malo.
Tú: ya hablamos de esto...
Bill: pero no te creo ni una palabra.-afirma el rostro de ella en su mano y tímido comienza a besar su mejilla, acercándose sagaz a los labios, a esos labios tan irremediablemente dulces...

Tú: ¿Por qué te alejas justo ahora?
Bill: -apoyando su frente en tu frente- Porque creo que me odias.
Tú: no-susurras- estoy cansada de hacer como si no sintiera nada. 
Bill: -mira atentamente los dos ojos que tiene enfrente- ¿entonces?
Tú: entonces puedes besar...me.

Bill tomó mis labios como si fueran suyos, y me besó pausado, tranquilo, casi como si fuera lo más natural y habitual, como si estuviéramos hechos para besarnos y la lluvia estuviera distante, no nos tocara, como si el calor de ambos nos emancipara del clima, del mundo, y de esta mierda que nos ahoga. 
Nos hicimos a un lado y apoyé mi cuerpo lentamente en una pared, ya no sabía donde estábamos, pero parecía un lugar oscuro y solitario.

Tú: Bill.. ¿dónde estamos? 
Bill: no lo sé.

Ahora con mi cuerpo toco una escalera en la que lentamente voy agazapándome, y topo con el escalón, me siento, me estiro. La escalera es incómoda, el lugar es incómodo. Y me siento morir, porque él está acariciando mi rostro, y luego me vuelve a besar, ahora ávido, deseando vehemente todo lo que se puede desear, sus mejillas están rojas, pienso que yo también debo verme así, asediada por el calor (aunque esté lloviendo) mojada más por él que por la lluvia.

Bill: Si no paramos ahora, no creo poder controlarme.-decía con un hilo de voz, mientras me miraba fijo- 

Recuerdo que en ese momento sus pupilas se estrellaron en mis nervios, e imaginé a Bill como un demonio, una imagen infernal pero familiar me traspasó la mente, lo pensé poderoso, me vi subyugada a sus miradas, y el sentimiento de amar agitado, amar jadeante, sin pausas, sin respiro, el sentimiento de hacer el amor con él en cualquier lugar, cualquier día, -y si a caso no es amor que sólo sea sexo- me llenó y me vació en tan pocos segundos que me creí muerta de nuevo. 

Tú: -apartándolo- eres como mi demonio personal.
Bill: me gusta más eso de superhéroe que demonio.
Tú: no, porque no siempre me has hecho bien. 
Bill: -baja la vista- es que no puedo...
Tú: no puedes. Por eso si te vas no te buscaré más. La vida de una mujer no comienza cuando encuentra al "hombre de su vida" cosa que de por sí no existe, su vida empieza cuando a ella se le antoja, o por lo menos la mía, por eso si te vas también voy a vivir. Pero aunque sea por hoy, no lo hagas, llévame a casa, y quédate conmigo.-lo envuelve en un abrazo- 

Sucedió luego que entre tanto caminar, la lluvia, y el pesado día que ambos tuvimos, caímos rendidos en el sofá mientras veíamos los programas de la noche después de haber comido pastel. La siguiente semana fue un respiro, fuimos al cine, a parques, saqué fotos, hablamos muchas horas, nos amamos aún más, podría vivir inmensa en esta atmósfera para siempre.

Pero las pruebas del colegio o la universidad no eran nada frente a las que vivimos ahora, pruebas de verdad, que realmente vale la pena superarlas, no se aprende aquí ciencia o matemática, se aprende a mantenerse en pie cuando las piernas ya han perdido toda la firmeza. Una llamada a las 4 de la mañana le informó a Bill que Tom había chocado su auto en la intersección de las calles adyacentes a un club de los que él frecuentaba, su auto se hizo pedazos, y parece que él también.







{No quiero dejar esta historia, les juro que no quiero, quiero terminarla como ustedes merecen que la termine, pero han sido demasiados contratiempos que ya no puedo prometer nada, pero cuando leo los comentarios me empieza como a vibrar el corazoncito, les juro que la terminaré, y que valdrá la pena, no sé si aún leen este blog, pero si aún lo hacen ¡Muchas gracias! ¡Muchisisísimas gracias!}