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martes, 27 de septiembre de 2011

#21 El lenguaje puede herirnos.

Tom: (tunombre) ¿viste a Bill?
Tú: ¿Qué Bill?
Tom: ¿mi hermano por ejemplo?
Tú: ahh ¿el tipo con el pelo extraño? No, no lo he visto.
Tom: ummm.

Dicen que el ser humano demora aproximadamente seis minutos en dormirse. Aquella noche desmentiste el mito, cerrabas los ojos pero no lograbas conciliar el sueño, dabas vueltas, prendías la lámpara, la volvías a apagar, tomabas un poco de agua o te tapabas la cara. No supiste cuál de todas esas cosas dio resultado, sólo sabes que despertaste cuando unas cuántas gotitas de agua caían sobre tu cara, acto seguido, abriste tus ojos y divisaste a Tom sobre tu cama, sin polera, sólo con una toalla rodeándolo y con un vaso de agua en las manos.

Tú: ¡AHHHHHHHHHHHHHHHH! ¿Qué demonios haces aquí?
Tom: buenísimos días, que bueno que despertaste, hubiera sido una lástima tener que tirarte toda el agua en la cara.

A medida que abrías los ojos y te sentabas sobre la cama, te diste cuenta que los cuatro estaban ahí. Bill se apoyaba en la puerta mirando hacia la ventana con un gesto arrogante, Gustav estaba al lado de él con cara de sueño y Georg intentaba peinarse mientras Tom hablaba.

Tú: emm, ¿hola? ¿Qué hacen aquí?
Tom: te tenemos malas noticias.
Tú: ¿qué?
Georg: murió.
Tú: ¡¿quién?!
Bill: Natalie no, para tu desdicha.
Tú: (le arrojas un almohadón) idiota.
Tom: no peleen par de enfermos mentales.
Tú: ¿qué demonios pasó?
Gustav: sólo la ducha. Nuestra ducha, murió.
Tú: ¿y a mí qué me importa?
Tom: importa, porque nos queremos duchar.
Tú: ¿Y?
Bill: y tú tienes ducha ¬¬
Tú: ahh, ¿quieren ocupar mi ducha?
Gustav: exacto.
Tú: está bien, hagan lo que quieran pero déjenme dormir.

Volviste a posicionar tu cabeza en la almohada que te quedaba, ya que la otra se la habías arrojado a Bill e hiciste como que dormías, aunque el sueño ya se te había ido y sólo pensabas. Por un lado se te podía considerar afortunada, cuatro hombres de esa calidad, bañándose en tu ducha, al lado de tu cuarto, no se ve todos los días. También podías acotar que realmente Tom se veía bien a torso descubierto, era un chico fornido pero no en exceso, perfecto, como te gustaban. Bill en cambio se ve debilucho, enclenque y antipático, feo, tonto, idiota, arrogante, desesperante, crédulo, lento, OK, tenías que dejar de pensar tanto en él, fuera un estúpido o no.  Prosigo, por otra lado, eso de la ducha invadía un poco tu privacidad.
En el lapso en que te envolvías en pensamientos los chicos ya se habían ido y Tom había entrado a la ducha.

Tom: ¡(tunombreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee)! (desde el baño)
Tú: ¿qué?
Tom: se me quedó el acondicionador, ¿puedo ocupar el tuyo?
Tú: ¿te lavas el pelo?
Tom: ¿por qué no lo haría? ¬¬
Tú: lo decía por las rastas.
Tom: ¿quieres entrar a ver como se lava el pelo un hombre con rastas? ¿O quieres decirme de una vez si me prestas o no el acondicionador?
Tú: ya, ocúpalo.

1 Hora después.

Tú: ¡Tom, maldita sea, llevas una hora bañándote!
Tom: no molestes, el agua está muy rica.
Tú: no se te ocurre que yo también me quiero bañar ¬¬
Tom: está bien, si ya estoy saliendo.

15 minutos después.

Tú: hace unos estúpidos 15 minutos me dijiste que ya estabas saliendo, hasta bajé a preguntarle a los demás si podían venir a sacarte, así que sal luego o prepárate.
 Tom: que tienes hartas cremas, y perfumes y… (desde el interior del baño)
Tú: ¡no veas mis cosas!
Tom: y más cremas, y enjuagues bucales, y más perfumes.
Tú: ¡ash! Deja eso.
Tom: no, jeje.
Tú: (abres la puerta del baño de golpe y encuentras a Tom con la toalla puesta y un perfume en sus manos.) Tom, deja eso y sal luego.
Tom: sólo las veía.
Tú: no veas nada. (Tratas de quitarle las cosas) Daaaame.
Tom: pero, déjame oler.
Tú: ¡intruso!
Tom: jaja, eres muy pequeña, no puedes contra mí.
Tú: Tom, son perfumes de mujer, asúmelo.
Tom: ¿qué tiene?
Tú: Tom, ya, sal de mí baño, quiero bañarme, ya tenemos que desayunar
Tom: pues báñate. Además eres tú la que no debería haber abierto la puerta, podrías haberme encontrado desnudo y luego me hubieras intentado violar y yo, pobrecito, sin poder defenderme.
Tú: já, por favor, a ti no te viola ni un burro.
Tom: no seas tonta, todas las mujeres me desean.
Tú: ¿ah sí? Bueno, yo no.
Tom: ¿segura?
Tú: sí, ya, vete
Tom: no, quiero seguir molestándote jajaja.

Comenzaron una pelea infantil de las tantas que tenías con Tom, reían, entre que jugaban y se insultaban, hasta que sintieron que la puerta de tu pieza se abrió y escucharon la voz de Bill.

Bill: emm, perdón, no quería interrumpir. Sólo venía a ver si ya habías salido de la ducha.
Tom: ¿jaja, interrumpir qué?
Tú: dame ya el perfume, tonto.  Y vete, luego, nunca más te admito en mi pieza.
Tom: eso lo veremos luego 1313
Bill: okey, yo me voy. (Sale rápido de la pieza y baja)
Tom: ¿qué demonios le pasa?
Tú: no sé, que se vaya al diablo.
Tom: ¿qué pasó entre ustedes?
Tú: nada (lo empujas hacia la puerta)
Tom: okey, okey, me ire. Sé que luego me rogarás que vuelva. Adiós preciosa.
Tú: imbécil.

Luego de tal alboroto lograste bañarte. Esto de su ducha mala te volvería loca. Comenzaste a pensar en Bill ¿estaba celoso? ¿o simplemente te odiaba? Esas preguntas te abrumaban, claro está que era mejor que estuviera celoso, pero parece que no siempre las cosas son como se quiere.

Tú: hola.
Gustav: ¿realmente aguantaste a Tom 1 hora?
Tú: jajaja, sí, pero nunca más lo admito, se demoró mucho en bañarse.
Tom: ustedes son los cochinos que se bañan en 10 minutos.
Bill: pero igual no la pasaron mal ¿verdad? Ja-ja.
Tom: (extrañado) no, no creo, la gente suele disfrutar cada minuto conmigo.
Tú: emm, como sea. ¿Qué hay de desayuno?

Desayunaron todos  juntos, pero se hablaba poco. Bill estaba enojado, no sabía si contigo, con Tom o con él mismo, sentía celos y no quería sentirlos, tú no eras de él, lo tenía claro y ese era el pensamiento que más lo torturaba, no sabía si le gustabas, no sabía cuánto te quería y le daba miedo comprobarlo. Trato de evitar una conversación con Tom, pero no lo logró, a media tarde David invitó a todos a tomar helado afuera, para disfrutar el paisaje y ver los avances del disco, ¿avances del disco? Bill ni siquiera recordaba que tenía que escribir. Entonces Tom aprovechó el momento y antes de reunirse con los demás le pidió un minuto.

Tom: no creo que sea buena, ni normal la actitud que estás tomando.
Bill: ¿perdón?
Tom: sabes de qué hablo.
Bill: no, nunca sé de qué demonios hablas, siempre creas historias donde salgo yo y suelo no entenderlas.
Tom: estás distinto, estás distante, estás idiota. ¿Fueron celos los de la mañana?
Bill: ¿¡celos!?
Tom: sí.
Bill: ¿celos de qué? Por favor.
Tom: Bill, ¿por qué no afrontas tus sentimientos?  Te comportas como un niño pequeño, te gusta y créeme que yo no te la quitaría.
Bill: NO ME GUSTA, no sé de qué hablas. ¡Siempre crees que sabes todo sobre mí y en realidad ni siquiera me conoces!, no suelo enamorarme de la primera mujer que pasa, (tunombre) no me gusta, no me gustan las de su tipo, ni siquiera confiaría en ella. No me gusta su actitud ni su personalidad, no me gusta ella y nunca me va a gustar. ¿Lo entiendes?
Tom: (sorprendido por el tono de su gemelo) ¿comprendes lo que hablas verdad?
Bill: ¿por qué no lo comprendería? Es la verdad, es la simple verdad, trata de creerla porque hablo en serio.
Tom: ok, me quedó bastante claro.  (Sale de la habitación)

El lenguaje puede herirnos & Tom sentía un poco de rabia florecer, nunca se creyó más, nunca se ha creído el consejero ni nada, por primera vez intentaba ayudarlo y su hermano le respondía de aquella manera. Pero lo de Tom no era mayor problema comparado con lo que tú sentías. En una de todas esas vueltas que da el destino, Gustav y  tú habían vuelto al bus a buscar un poco más de helado, y cuando se disponían a bajar los detuvieron un segundo los gritos de Bill, en el momento exacto en que hablaba de ti.
Gustav notó la expresión de tu rostro, y ni él pudo descifrarla. Tenías ganas de llorar, pero no dejaste que se notara, la rabia podía más, sí, rabia, decepción, tenías ganas en ese mismo instante de reírte en su cara y decirle que no te importaba, que eras mucho para él. Gustav articuló unas cuantas palabras a las que respondiste con tranquilidad y dándole mínima importancia a la situación.

(Afuera, todos reunidos, comiendo)

David: ¿y cómo van esas letras Bill?
Bill: amm, sí, bien, aunque no he escrito mucho, sólo unas cuantas cosas por ahí, por allá.- decía titubeando.
Tom: la verdad no hemos hecho nada.
David: ¿nada?
Tom: nada, no sé porque Bill te lo quiere esconder, si al fin y al cabo nos queda harto tiempo.
Bill: -da una mirada fulminante a su gemelo- Sólo me falta un poco David, no te preocupes, en poco comenzaré a escribir.
Tú: Geo, Dame del helado que recién trajimos, es que amo el chocolate.
Georg: sí, éste es el que está más bueno, toma.
Bill: ¿lo trajeron hace poco?
Gustav: sí, hace un rato fuimos a buscarlo al BUS.- remarcó la última palabra, permanecía serio.-
Tom: amm, amm, ¿me dan también?
Georg: no, para ti no hay, eres muy feo.
Tom: ¿feo yo? Si yo soy feo ¿Qué queda para ti?
Georg: yo soy hermoso.
Tom: claaaro.

Odiabas esos momentos en que todos sabían lo que pasaba y nadie se atrevía a decir nada. Simplemente se ocultaba todo y se intentaba actuar normal, fingiendo, inventando, mintiendo. Tú lo sabías y deseabas que Bill lo supiera y se sintiera mal. Tom lo sabía y temía que Bill hubiera quedado mal. Gustav lo sabía y deseaba que Bill se arrepintiera. Y Bill… ¿Qué pensaba Bill?



Espero les guste y comenten harto

jueves, 22 de septiembre de 2011

#20 El aire se había vuelto más helado y el pasto más dañino.

Al otro día:

Georg: al fin nos vamos de Francia ya me estaba aburriendo.
Tú: ¿a dónde vamos ahora?
Gustav: Italia.
Tú: umm a comer pasta.
Tom: oigan, ¿es mi idea o Bill está actuando extraño?
Georg: ¿lo dices porque está sentado en su cama, a 7 metros de nosotros observándonos atentamente?
Tom: exacto, parece un agente de la CIA, muy estúpido.
Tú: creo que me odia.
Tom: ¿por qué?
Tú: no sé, desde ayer en la tarde está muy extraño conmigo, como que me observa de una manera suspicaz y no me habla mucho.
Georg: debe haber sido Natalie.
Tom: ¿Natalie? Hablaré con Bill.
Georg: ¿(tunombre) ya sabes de Natalie?
Tú: sí, Tom me dijo, pero no quiero que le digan nada a Bill.
Tom: ¿por qué?
Tú: porque no. Si quiere creer que yo soy mala, trafico drogas, vendo marfil y mato gente, que lo crea, no lo haré cambiar de idea ¿de qué sirve alguien que no cree en ti?
Tom: pero es que Bill es más susceptible a estas mentiras.
Tú: dime, ¿tengo pinta de una mujerzuela con ganas de robarle el dinero a Bill?
Tom: la verdad tienes pinta de una pequeña niña que golpea adultos.
Tú: ¿ah?
Tom: no, no tienes cara de mala. Incluso estás bien buena.
Georg: Tom, ¿no puedes hablar con una mujer sin ofrecerte?
Tom: no me estoy ofreciendo ¬¬
Tú: que idiota jaja, bueno, el punto es que si no me cree, está bien, no perderé mí tiempo tratando de que crea otra cosa.
Georg: creo que tu argumento es sólido, así que Tom, no te metas.
Tom: está bien.

Una serie de momentos incómodos viviste desde ese momento cada vez que veías o te topabas con Bill, algo bastante frecuente pues el bus era pequeño y ya habían partido hacia Italia, en una tarde ya estaban allá disfrutando de un país nuevo. Él procuraba hablarte sólo lo necesario y tú te llenabas de rencor por cómo estaba actuando. Tenías la seguridad de que Natalie le había llenado la cabeza, eso no te gustaba, pero estabas esperando que él se acercara primero, tu orgullo era fuerte y aunque sabías lo que pasaba preferías hacerte la desentendida con Bill, como si no supieras que te estaba evitando. Mientras tanto él simplemente observaba, quería hacer eso, simplemente observar y pensar, después de todo eso sacaría conclusiones.
Llegaron a Italia cuando ya caía la noche y ambos buses pararon en una especie de llanura. Era un paraíso cubierto sólo de verde, pastos y árboles que se repartían por todo el extenso y plano lugar, no había nadie, no volaba ni una mosca, todo era naturaleza, excepto por los dos enormes buses que arruinaban el paisaje.



Tom: miren, esto es extraño.
Gustav: claro, si tú nunca disfrutas la naturaleza.
Tom: ¿quién te dijo eso?
Gustav: sólo te vas de fiesta en fiesta probando mujeres.
Tom: eso no significa que no me guste conocer.
Bill: wow, es hermoso.
Georg: ahora nuestro querido Bill podrá inspirarse mirando estrellas.
Tom: ojalá, no quiero que escriba canciones basura.
Bill: yo siempre escribo bien ¬¬
Gustav: mentira. ¿Olvidas el día en que te emborrachaste y escribiste esa canción del pato que no tenía mamá?
Bill: ¡Cállate!
Georg: jajajaja, esa canción era genial.
Tom: ¿cómo era? Yo ya no al recuerdo.
Gustav: era así como de un pato que nadaba lento porque extrañaba a su madre. Jajaja
Tom: ahh ya recordé jajajaja.

En lugar de escuchar las bromas que normalmente le hacían, ésta vez el menor de los Kaulitz se quedó hipnotizado viendo como tú bajabas del bus, sin siquiera darles una mirada, ni a él ni a los demás. Bajabas balanceando el vestido que llevabas puesto y comenzabas lentamente a recorrer el paisaje, con el misterio y emoción con la que el hombre debe haber pisado por primera vez la luna.

(ése era el vestido)

Tom: ¿qué miras?
Bill: …
Tom: ¿Bill? ¿Biiiill? ¡Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiil!
Bill: ¿ah, sí? Lo siento es que estaba observando el paisaje.
(Gustav y Georg se habían alejado a comer)
Tom: ¿el paisaje? ¿No será que estás mirando a (tunombre)?
Bill: sí, la verdad sí, pensaba que es muy idiota para salir a un lugar que no conoce, de noche, con un vestido.
Tom: pues ve y sálvala de los lobos que puedan comérsela, eso hace un verdadero caballero.
Bill: no hables idioteces, yo no soy su caballero y el único lobo aquí que puede comérsela eres tú.
Tom: está bien, haz lo que quieras, haré como que no me doy cuenta que la amas.

Llevabas la cámara en mano y todo el entusiasmo del mundo, quizás para los demás era normal  viajar y conocer 20 países en dos semanas, pero para ti no, y esta experiencia te estaba gustando, no querías desaprovecharla.  La luna estaba casi completamente acomodada en el cielo y eso le daba un aire fresco a las fotos y al paisaje tan natural y tranquilo; árboles tan altos como edificios, pequeñas flores regadas a lo largo del lugar, algunos pájaros de colores extravagantes, insectos, pasto, dientes de león, Natalie, estrellas. Alto ahí, ¿Natalie? Oh no, la bruja venía caminando hacia a ti.

Natalie: pero mira con quién me encuentro aquí.
Tú: no molestes Natalie.
Natalie: já, me das pena enana, te crees artista con la cámara en mano.
Tú: ¿qué te hice ahora Natalie? Realmente no quiero escuchar tus bobadas, además, no te preocupes, Bill esta lo bastante lejos de mí como para que puedas raptarlo, congelarlo y mantenerlo amarrado de por vida a ti.
Natalie: no seas idiota niñita. ¿Lejos de ti? Já, ¿crees que no supe que fuiste como una perra a tirarte a sus brazos, robarle un beso y luego irte?
Tú: (dejas de mirarla de soslayo y contemplas su rostro de frente) ¿Quién te dijo eso?
Natalie: ¿quién más que Bill? El pobrecito vino corriendo a contarme, confía mucho en mí y me lo explico todo, también me hablo de ese sentimiento horrible que guarda hacia ti, creo que es pena, algo así.
Tú: cállate bruja, ni siquiera sabes lo que hablas, la envidia te mata.
Natalie: si no me quieres creer, no lo hagas.
Tú: okey, no lo haré.
Natalie: sólo reflexiona, así te das cuenta que lo que digo es verdad, por algo Bill no te habla.
Tú: ash que insoportable eres, ¡vete de aquí!
Natalie: claro que me iré, ni loca para quedarme como idiota en medio de la noche. Adiós linda.

Parecía que automáticamente el aire se había vuelto más helado y el pasto más dañino. ¿A caso te costaría mucho encontrar tranquilidad? Tu cuerpo no respondía ante tanta impotencia en tu mente. Por otro lado los chicos comían dentro del bus, charlaban y reían al mismo tiempo en que Bill fingía, él aún pensaba dónde estabas, si tenías frío, si estabas bien. Entonces dio una disculpa inútil que ahora no recuerda y se paró de la mini mesa para penetrar en la noche y en la naturaleza, buscándote.

Tú seguías quieta mirando algo, mirando nada.
Bill: ¿no crees que hace mucho frío para salir con vestido?
Tú: (te percatas que Bill estabas tras de ti) ¿qué quieres? No estoy de humor para que vengas a hablarme, ¿no se supone que estabas evitándome?
Bill: ¿de qué hablas?
Tú: ¿crees que soy idiota?
Bill: no.
Tú: ¿entonces?
Bill: realmente no sé de qué me hablas.
Tú: ¿ah sí? Entonces ve y pregúntale a Natalie.
Bill: ¿qué problema tienes con ella?
Tú: ni uno sólo, es la persona más simpática que conozco (irónica)
Bill: no tienes por qué ser así.
Tú: ¿así cómo? ¿Por qué me preguntas que problema tengo con ella? Si estoy segura que te ah hablado mal de mí, ése es el problema que tengo con ella. Y si quieres creerle, CRÉELE, no me importa.
Bill: ¿por qué metes a Natalie? Ella no tiene nada que ver, tú fuiste la que me besó y luego se fue.
Tú: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah, eso, perdóneme míster Kaulitz, fue un gran pecado, nunca más lo haré.
Bill: sí, ojalá nunca más lo hagas.
Tú: já, como si no te hubiera gustado.
Bill: no, no me gustó.
Tú: está bien, no te preocupes, no pensaba volver a hacerlo, después de todo, besas como un bebé.

Dicho esto comenzaste tu ida de vuelta al bus mientras Bill te seguía mientras parloteaba algo que no querías escuchar.

Bill: no puedes ser tan infantil.
Tú: (dando la vuelta) ¿infantil? Claro, mira quién lo dice, el más maduro. El que no me habla porque Natalie le dijo que no lo hiciera.
Bill: Si Natalie me habló eso es porque tiene razones para hacerlo.
Tú: ah, o sea le creíste. ¿Qué te dijo de mí?
Bill: ¿qué importa eso?
Tú: ¿QUÉ TE DIJO DE MÍ?
Bill: nada, no me dijo nada.
Tú: no mientas.
Bill: sólo no le agradas, cree que, emm, ¿Cómo decirlo? Piensa que eres mala, o algo así.
Tú: ¡uuuy es que la voy a mataaaaaar! (caminas hacia el otro bus)
Bill: no, ¿Qué vas a hacer? ¡(Tunombre)! No vayas. (Te detiene)
Tú: déjame ir, la quiero matar, es una víbora.
Bill: no, no harás eso, cálmate.
Tú: tú no me digas nada, sólo le crees a ella, como si yo tuviera cara de delincuente o bruja. Suéltame.
Bill: no te soltaré y yo no creo que seas mala.
Tú: ¿entonces por qué haces caso de lo que te dice?
Bill: no le hago caso.
Tú: sí, si lo haces.
Bill: ¿por qué andas tan a la defensiva?
Tú: porque… ash, no importa, me voy de aquí. (Te sueltas de él y avanzas)

Entraste al bus y viste a los chicos aún comiendo, entre comida y entre golosinas.

Tú: hola queridos, denme comida, tengo mucha hambrita.
Tom: jaja, ¿por qué hablas como idiota?
Tú: no me molestes, yo no te digo nada porque en tus pantalones caben 3 personas.
Tom: jajaja, ten, come esto.
Gustav: miren, están dando esa película del loco que se roba la navidad.
Georg: él sí que es malvado, yo amo la navidad.
Tú: ¿es el mono verde?
Gustav: ése mismo.
Tom: (tunombre) ¿viste a Bill?
Tú: ¿Qué Bill?
Tom: ¿mi hermano por ejemplo?
Tú: ahh ¿el tipo con el pelo extraño? No, no lo he visto.
Tom: ummm.

viernes, 16 de septiembre de 2011

#19 ¿Cómo oír?

Natalie hoy había sido tu peor pesadilla, pero realmente preferías enfrentarla a diario que tener que prohibirte hablar con gente, sobre todo con Bill.

Al día siguiente.

Tú: Guuuuuuuustav ¡AYÚDAAAAAAAAAA!
Gustav: ¿qué pasa?
Tú: ¡se está quemando!
Gustav: ¡demonios! Sácalo, sácalo.
Tú: Nooo, me electrocutaré.
Gustav: ¡desenchúfalo!
Tú: es que me da miedo.
Bill: (entrando) ¿Qué tanto gritan?
Tú: ¡Bill! (corres a su lado) ¡Se está quemando!
Bill: ¿el microondas?
Tú: si D:
Bill: (se acerca y desconecta el microondas) Listo.
Tú: ._.
Gustav: ._.
Bill: sólo era humo, no se estaba quemando, que escandalosos son.
Gustav: ¿qué metiste ahí (tunombre)?
Tú: sólo era comida.
Gustav: ¿en qué?
Tú: en ese papel que es cómo metálico.
Gustav: se llama aluminio, y si lo metes al microondas se quemará, no lo vuelvas a hacer.
Tú: está bien :c
Bill: jajaja, casi nos matas a todos.
Tú: no me molestes Kaulitz, fue horroroso.
Bill: jajaja.
Tú: ¿qué comeré ahora?
Tom: ¿quién dijo comer? Tengo hambre.
Gustav: (tunombre) quemó la comida.
Tom: ¿qué?
Tú: lo siento, no fue mi culpa.
Bill: pero vamos a robarles comida a los del otro bus, David debe tener más comida.
Tú: siiii, yo iré, le digo a David y vuelvo con comida.
En el momento en que tus labios pronunciaron esas palabras caíste en el pensamiento de que Natalie estaría ahí, quizás era un buen momento para demostrarle que no te importaban sus amenazas.
Tú: ¿Bill, acompáñame?
Bill: por supuesto. (Abre la puerta, baja primero y luego te ayuda a bajar)
Tú: son muy altos estos buses.
Bill: una vez me caí de uno y mi cara dio directo al suelo, todos se rieron bastante,  claro, excepto yo, que tenía la cara deforme.
Tú: jajajaja, tonto. (Tocando la puerta del otro bus)
Bill: David, ábrenos.
Tú: no se escucha nadie adentro.
Bill: ahh, mira, es porque están ahí.

Más allá se veía a casi todo el personal comiendo en una mesa al aire libre entre esos bosques enormes en el que los buses estaban estacionados desde el día anterior. Bill se acercó rápido hacia David para hablarle mientras tú buscabas la forma de molestar a Natalie.

Bill: David, nos quedamos sin comida.
Tú: hola, quemé la comida y ahora no tenemos que comer.
David: jajaja, quédense con hambre porque se nos acabó todo.
Bill: ¿estás loco? Necesitamos comer.
Natalie: pobres, que tienen que lidiar con idioteces a diario.
Bill: ¿qué?
Natalie: pero es que, cualquier idiota sabe cómo usar el microondas.
Tú: lo siento querida, un error lo comete cualquiera, que tú te creas perfecta no es culpa de los demás.
Natalie: ah, ¿fuiste tú? Lo siento, no había escuchado, no tienes porqué tratarme mal.
Tú: si claro. Cínica.
Bill: (tunombre).
Tú: ¿qué?
Bill: ¿qué te pasa?
Tú: ash, nada.
Natalie: hay, que atroz tener que lidiar con esto, yo me voy (se para y camina hacia el bus)

Se estaba haciendo la víctima de la forma más descarada posible y tú quedaste como la mala de la película frente a los demás, por un momento no sabías que hacer ni cómo actuar, no necesitabas defenderte frente a los demás, te bastaba con saber que estabas en lo correcto, pero las miradas las sentías encima de ti y lo único que atinaste a hacer fue marcharte de ahí.

Tú: ok, yo me voy. (Comienzas a caminar hacia el bosque.)
Bill: pero no, espera. (Te sigue) ¿Por qué la trataste así?
Tú: (seguías caminando a paso rápido entre los árboles, Bill aún te seguía) ¿Me vas a decir que le creíste que no sabía que hablaba de mí?
Bill: ¿por qué te trataría mal? Si a penas te conoce.
Tú: já, pregúntale a ella. Yo ya estoy aburrida de su mala vibra.
Bill: ¿mala vibra? ¿De qué hablas?
Tú: nada Bill, nada.
Bill: ¿a dónde vas?
Tú: a ningún lugar, si quieres vete.
Bill: no, no quiero irme.
Tú: (lo miras de frente) No creas que soy emm, mala. Sólo reaccioné  así porque ella no es tan buena conmigo.
Bill: ¿No es buena contigo? ¿Me quieres explicar qué pasó?
Tú: no.
Bill: ¿entonces cómo pretendes que entienda?
Tú: no sé. Sólo no pienses que soy una bruja mala o algo así.
Bill: me gustan las chicas malas. (se acerca)
Tú: ¿ah sí?
Bill: bastante. (Se acerca aún más) siempre he querido probar una.
Tú: ja.

No te habías dado cuenta y Bill ya estaba a centímetros de ti mirándote directamente a los ojos, mientras pronunciaba palabras que no oías, ¿Cómo oír? Si sus labios estaban tan cerca de los tuyos susurrándote. En ese momento no valían las miles de veces que dijiste que no te gustaba o que no pretendías enamorarte de él, porque en esos instantes te dabas cuenta que eras débil, débil como un pajarito que no podía seguir volando porque había encontrado algo por lo que bajar a la tierra. Y decidiste no esperar más, tus labios rosaron los suyos y en un arrebato de pasión se juntaron, se besaron, de mordieron. Sentías sus manos recorriendo tu cuerpo y su pelo entre tus dedos, sentías la pasión con la que te besaba y sentías también esa sensación excitante que recorría tu cuerpo. No querías parar, pero sentías que todo había sido muy fácil, sí, fácil, fácil para él. Decidiste separarte, mientras contemplabas un segundo más su rostro, para luego comenzar a caminar de vuelta al bus, dejando a Bill ahí.

Tú: te veo en el bus.
Bill: …

Su cara de asombro asustaba hasta a los árboles. ¿“te veo en el bus”? sólo eso dijo.- pensaba Bill mientras miraba anonadado la escena, lo habías besado y luego te habías ido sin decirle nada más que “te veo en el bus” se sentía idiota, como un niño al que le hacías lo que querías  y luego te marchabas, creía que estabas loca y se preguntaba si realmente  lo querías o no.
Ese suceso algo extraño sólo duró aquel momento, puesto que pasó una semana exacta y actuaban normalmente, Bill a veces te lanzaba miradas acusadoras como queriendo preguntarte que pasaba entre ustedes, pero nunca había encontrado el momento para preguntarte o estar a solas contigo, tú sólo sonreías y te reías con él o de él cada vez que estaban juntos, te gustaba tenerlo para ti, porque sabias que parte de sus pensamientos tenían que ver contigo. Pero el entusiasmo y el jugueteo duraron sólo hasta que un miércoles en la tarde, después de que el sol bajara a juntarse con el mar y terminaran de grabar las idioteces que hacían los chicos para Tokio hotel TV,  a Bill se le ocurrió la brillante idea de sincerarse con Natalie, mientras ella le quitaba el maquillaje se decidió a contarle todo, creía que los consejos de una mujer serían buenos.

Bill: Natalie
Natalie: ¿sí? ¿Quieres ver los nuevos colores?
Bill: no, no, ¿te puedo confiar algo? Es que necesito un consejo o alguna de esas cosas que se dicen cuando otra persona no sabe qué hacer.
Natalie: adelante, puedes confiar en mí.
Bill: Es que, es sobre (tunombre).
Natalie: ¿sí?
Bill: es que el otro día, ella me besó y luego sólo se fue y no me dijo nada más y hasta hoy no me dice nada sobre eso y estoy confundido.
Natalie: ¿qué hizo qué?
Bill: eso que escuchaste.

Bajo la máscara desligada de cualquier expresión, que Natalie mostraba, se hallaba un fiera que quería destrozar lo que había a su alrededor, le dolía que le quitaran a Bill, le molestaba que él no la quisiera, y odiaba tu presencia. Pero se controlaba y con voz suave y dulce le hablaba a Bill queriendo hipnotizarlo.

Natalie: ¿y por qué hizo eso? Que cobarde.
Bill: no lo sé.
Natalie: ¿y por qué te confunde? Es sólo un beso, dile que no lo vuelva a hacer y listo.
Bill: porque no sé si quiero que no lo vuelva a hacer.
Natalie: ¿qué?
Bill: ella me atrae, creo que hasta me gusta, y mucho.
Natalie: tú estás loco, no te puede gustar ella, no puede gustarte una persona así.
Bill: ¿por qué? ¿Qué sabes de ella que yo no sé?
Natalie: ¿recuerdas el día en que almorzábamos y me rato mal?
Bill: em sí, ¿cómo no recordarlo?
Natalie: bueno, eso no es todo, ella… ella es mala conmigo, me dice cosas así todo el tiempo, de que yo soy inútil, incompetente, de que no me meta con ella, porque no me irá bien. Ella es peligrosa, no es buena.
Bill: no me la imagino diciéndote eso, ¿estás segura?
Natalie: ¿crees que te mentiría con algo así? Esto es verdad, y no lo había querido decir para no causar problemas, además sé lidiar con gente así, pero no es bueno que te enredes con ella, no es lo que parece.
Bill: pero, pero, no, no entiendo, es extraño.
Natalie: bueno, entonces no me creas, realmente sólo lo hago para que estés bien y no salgas dañado.
Bill: bueno, pensaré sobre eso, y tú sólo cuídate.

Él se apartó del bus luego de la conversación con Natalie, quería hablar con alguien para arreglar su cabeza y ahora estaba aún más confundido, no creía que eras una persona mala, te encontraba normal, sincera y te tenía cariño, pero no entendía por qué Natalie mentiría de esa manera. 

domingo, 11 de septiembre de 2011

#18 una noche que parecía helada.

Bill: (sonriendo) no te preocupes, no te soltaré…

Tus brazos rodearon su cuello mientras el mar corría a través de sus cuerpos, si habláramos de momentos memorables, éste era uno, la noche embriaga y tú temblabas ante aquella locura. Pasaron unos cuantos minutos y ambos salieron del mar, se vistieron y en un rato ya estaban de vuelta en la fiesta.

Bill: hola, hola.
Tom: ¡¿Dónde demonios estaban par de imbéciles?!
Tú: ¿qué te pasa idiota?
Tom: nos vamos, rápido, rápido, salgan, rápidooooooooooooooooooooooooooo.
Bill: pe-pe-ro, no entiendo.
Georg: (ríe) se perdieron la mejor escena de la vida.
Gustav: si, fue imperdible jaja.

Tom los sacó a gritos de la fiesta para que terminaran todos en el auto. Georg no paraba de reír mientras tú y 
Bill no entendían nada.

Tú: ¿nos contarán ahora que pasó?
Gustav: todo empezó cuando el pequeño e inocente Tom bailaba al compás de la música francesa al lado de “una musa francesa”
Tom: Gustav, cállate.
Georg: bailaron unas cuantas canciones y el pequeño Tom decidió llevarse a la dama a un lugar más “apartado”
Tom: cállate maldita sea (le tapa la boca con las manos)
Tú: ¡Tom! Preocúpate por manejar.
Georg: todo iba bien, hasta que el idiota Tom se dio cuenta que no era una mujer, sino un hombre. Jajajajaja
Bill: ¿un hombre? ._.
Tú: JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.
Tom: ¡Parecía mujer!
Gustav: pero Tom jajaja
Tú: eso te pasa por promiscuo jaja.
Bill: y eso que el gay soy yo “supuestamente”
Tom: ¡que no soy gay!
Tú: JAJAJAJAJA, oh dios, moriré de tanto reír. JAJAJAJA.

El viaje se les hizo corto luego de tanta risa, llegaron al bus y luego de unas horas de dormir el sol ya se dejaba ver entre unas cuantas nubes iluminando el cielo. Como todas las mañanas te costó un montón levantarte, pero esta vez no era sólo una alarma, sino tres las que habías puesto, todo porque David les pidió puntualidad. Harían una sesión de fotos en un bar lujosísimo de Francia y querías llegar temprano. Una ducha, un té por la mañana y estabas lista para trabajar.
Cuando llegaron al bar, allí se encontraba David, Natalie y Samuel, el último era el productor que recién venías conociendo.

Tú: buenos días a todos (:
David: (tunombre) ¿estás lista? Hoy tú tomarás las fotos.
Tú: por supuesto. (Con cámara en mano)
David: bien, entonces comencemos. (Mira hacia donde se encontraban los chicos) ¡Pero, son un montón de bebes! ¿Cómo no se pueden quedar un minuto en la posición que los deje?
Tom: lo siento, pero se demoran mucho.
Tú: ok, partiré luego.

Podría haber sido un día normal, pero si algo te llamaba la atención era ese desprecio  con que Natalie te trataba mientras hacías las fotos, parecía enojada, abrumada por tu presencia y con ganas de que te fueras de ahí. No pensaste en hacer nada hasta que una situación traspasó tu tranquilidad.

Tú: (entrando al bus de los empleados donde estaba David, supuestamente) ¿David?
Natalie: el no está aquí.
Tú: ahh, lo siento.
Natalie: disculpa aceptada, ahora ándate luego.
Tú: ¿te puedo hacer una pregunta?
Natalie: ¿qué? (cortante)
Tú: ¿cuál es tu problema conmigo?
Natalie: ¿contigo? Já, nada, no tengo tiempo para preocuparme por gente como tú.
Tú: ¿gente como yo? ¿Cómo soy yo según tú?
Natalie: manipuladora.
Tú: ni siquiera me conoces (asombrada)
Natalie: es fácil distinguir a las de tu tipo, cara bonita, supuestamente esforzada, menudita pero atrevida, seguro terminarás enamorando  a Bill y acostándote con Tom.
Tú: ¿Perdón, que dijiste? ¿Estás enferma de la cabeza? Peor eres tú, que me estas juzgando sin ni siquiera conocerme, pero no te preocupes, si tú no tienes tiempo para preocuparte por mí, yo no tengo tiempo para escuchar tus insultos infundados, quizás la que quiere acostarse con uno de ellos dos eres tú, por eso te acomplejas tanto.
Natalie: (se para de la silla en la que se estaba limando las uñas) Mira niñita, tengo más años que tú, más experiencia que tú y conozco a los chicos desde mucho antes, así que mantente al margen y ten cuidado conmigo, que yo digo una palabra sobre ti y sales volando de aquí.
Tú: no amenaces rulitos de oro, que la verdad, no me asustas.
Natalie: pues deberías asustart…
Tú: CHAAAAAAAAAAAAAAAO señorita intelectual, me aburrí de escucharla, adiós, adiós.

Bajaste del autobús con paso rápido y una rabia que te embargaba al recordar lo que Natalie te había dicho. Entre tanto pensar, chocaste con Tom.

Tú: ¡Ay! ¡¿Puedes fijarte por dónde caminas?!
Tom: hey, hey, tranquila, ¿estás bien?
Tú: ¡es esa enferma de Natalie que me dice idioteces y ni siquiera me conoce!
Tom: ¿Natalie te molesto?
Tú: ay, no, no nada, no te preocupes.

El día de trabajo había terminado. Estabas de malhumor y un tanto enojada así que decidiste subir a tu habitación dándoles la excusa a los demás de que “te dolía la cabeza” y no era tanta mentira.
Las personas son lo que son por sus actos más que por sus palabras, para ti, algo esencial era mantener con buenas vibras tu vida diaria y no querías que Natalie te lo impidiera, la idea no era quedar bien con todos, pero lo que menos necesitabas en aquel momento era una enemiga. ¿Por qué será así? ¿A caso le gusta Bill? ¿O Tom? ¿O está loca? Querías descubrir el porqué de su odio hacia ti.

Mientras los chicos…

Tom: emm Bill
Bill: ¿sí?
Tom: ¿puedes ir a buscar las frutillas que están debajo de mi cama?
Bill: ¿frutillas debajo de tu cama? ._.
Tom: sisi, anda, ve y encuéntralas.
Bill: está bien (confundido sale de la cocina hacia la habitación)
Tom: atentos, escuchen.
Gustav: ¿qué pasó?
Georg: ¿le haremos una broma a Bill?
Tom: no,  es Natalie.
Gustav: ¿qué pasa con Natalie?
Georg: anda, habla rápido que Bill volverá.
Tom: jaja, no, se demorará en encontrar las frutillas. El punto es que creo que la muy loca amenazó a (tunombre) o algo así.
Gustav: ¿de nuevo? Natalie está muy loca, tiene que dejar su obsesión por Bill.
Tom: hoy vi a (tunombre) saliendo del bus del personal & lo único que me dijo fue que Natalie le dijo idioteces siendo que no la conoce.
Georg: o sea Natalie volvió a atacar.
Tom: exacto.
Gustav: ay no, de nuevo no.
Georg: no hay que dejar que le haga algo a (tunombre)
Tom: lo peor de todo es que Bill es el idiota que no se da cuenta de nada.
Bill: (llegando) ¿qué no me doy cuenta de qué? (enojado)
Tom: no te das cuenta de que no hay frutillas debajo de mi cama.
Bill: ahh. ¿Hablaban de frutillas solamente?
Tom: pero claro.
Gustav: las frutillas son el mejor tema de conversación.
Georg: por supuesto.
Bill: como sea.

Se quedaron comiendo mientras la luna iluminaba una noche que parecía helada. Arriba, tú cogías tu ropa de dormir mientras te lavabas los dientes, la cabeza ahora sí te dolía mientras tenías esa sensación de querer tomar tus maletas y correr en la dirección contraría de la que avanzaba el bus.

Toc toc.

Tú: (escupiendo y enjuagándote la boca) ¡voy! (abres la puerta) ¿Tom?
Tom: buenas noches enanita.
Tú: vuelve a decirme enana y te ganarás un ojo morado.
Tom: lo siento, ¿me dejarás pasar?
Tú: okey, ¿Qué quieres?
Tom: (se sienta en tu cama) ¿por qué tu cama es más grande que la mía? :c
Tú: jajaja, nací para ser exitosa, la gente exitosa necesita una cama grande.
Tom: algún día dormiré aquí.
Tú: ¿qué? ¬¬
Tom: nada, nada.
Tú: ¿a qué viniste pues?
Tom: ahh verdad eso, te vengo a advertir de la bruja de los pantanos más fea y la cual nos a acechado tanto tiempo.
Tú: ¿quién?
Tom: Natalie.
Tú: ¿por qué?
Tom: ¿tú en la tarde me comentaste que te había dicho algo malo verdad?
Tú: sí, pero da igual. Cuéntame lo que me viniste a contar.
Tom: pero tú cuéntame que te dijo.
Tú: está bien, yo sólo entre porque buscaba a David y me la encontré, me habló con ese tono cortante y superior con el que me ha tratado y la encaré, le pregunté el porqué y me dijo que me encontraba manipuladora, que quería enamorar a Bill y acostarme contigo, cosas así.
Tom: aunque igual no tienes que sentirte culpable, es normal que te quieras acostar conmigo, pero…
Tú: ¡Tom! Deja de ser idiota, yo vine aquí a trabajar, no me acostaré con nadie.
Tom: jaja, cómo te lo explico, emm, haber, digámoslo así, a Natalie le gusta Bill, Bill nunca ha querido a Natalie, Natalie siempre ha estado celosa de cada chica bonita que está cerca de Bill, Bill nunca se ha dado cuenta de eso porque el de las neuronas soy yo. Eso.
Tú: wow, por eso actúa así, pero ¿Bill sabe que ella lo quiere?
Tom: no, ni sospecha.
Tú: ¿cómo tan despistado? ¿Hace cuanto tiempo es así?
Tom: hace años ya.
Tú: ¿y qué tengo que hacer yo para que no me moleste?
Tom: sólo mantente lejos de Bill.
Tú: ¿lejos de Bill?
Tom: sí, no se oye bueno tener que evitar gente, pero sólo hazlo por una semana o un poco más, luego ella lo olvidará.
Tú: ¿tú crees?
Tom: no jajaja.
Tú: idiota, Natalie está loca, yo ni siquiera hablo mucho con Bill…
Tom: já, ya, si me quedo un minuto más te violaré así que adiós.
Tú: ._. ¿Qué hizo el mundo para merecer a alguien como tú?
Tom: trátame mejor que te vine a ayudar ¬¬
Tú: jajaja, ya oh, vete, duerme bien. (Tom sale & tú cierras la puerta)

¿Alejarme de Bill? ¿A qué se refería con eso?-pensaste. No había razón por la que quisieras alejarte de él o algo así, a demás ¿a qué se refería con alejarse? ¿A caso tendrías que dejar de hablarle o algo así? Natalie hoy había sido tu peor pesadilla, pero realmente preferías enfrentarla a diario que tener que prohibirte hablar con gente, sobre todo con Bill.




Buenas chicas, sé que me he demorado montones en subir y les pido disculpas, pero he estado saliendo muy seguido y como llego tarde a casa tengo poco tiempo para escribir, pero ahora subo este y en menos de dos días subiré el otro (: se les agradece mushisisísimo seguir leyendo.Leí por ahí que Bill estaba rubio ¿con qué look saldrá ahora? bueno, como sea, yo me quedé en el pasado y siempre recordaré su pelo de león jaja, bueno chicas, que tengan lindos días y comenten harto c: ♥

jueves, 1 de septiembre de 2011

#17 Una chica a la que no podía persuadir.

Narras tú:
Desperté por unos cuántos rayos del sol en mi rostro, levantarme tarde era satisfactorio, amaneció un día lindo, como si fuera un atisbo de que la primavera se acerca y la lluvia se acaba. No podía sentirme mejor, ¡ah sí! si podía, Ale me mandó miles de mensajes ayer en la noche, creo que allá a Barcelona irán esos tipos que tanto le gustan, no me acuerdo el nombre de la banda, pero es su favorita y si que estaba emocionada, me hace bien hablar con ella, saber que no se olvido de mí. Me metí a la ducha, ya eran algo así como las dos de la tarde, en pocas horas llegaríamos a Francia, la primera parada y creo que tendría que trabajar, ya hasta se me olvidaba que esto era un trabajo.

Bill: ¡Tooooooooooooooooom!
Tom: ¿qué demonios te pasa?
Bill: levántate de una vez, pronto llegaremos a Francia y ojalá paremos en las playas, son tan hermosas.
Tom: ¿y tú desde cuando tan madrugador? ¬¬
Bill: son las dos de la tarde.
Tom: ¿en serio?
Bill: sí, vamos a almorzar que mi estómago ruge.
Tom: está bien.

Ash, maldita ducha, me caí 5435453 veces, todo por culpa de que este imbécil bus no se deja de mover. Me vestí y  me seque un poco el pelo, bajaría a ver que había para comer, pero cuando iba bajando las estúpidas escaleras, nuevamente me tropecé, no, me caí.

Tú: ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Tom: jajaja, cuidado.
Bill: ¿te caíste?
Tú: no, surfeaba en la escalera.
Bill: jajaja, no seas boba.
Tú: odio este bus, me he caído miles de veces (con voz de niña enojada)
Bill: te acostumbraras, ya verás.
Tom: ¿podemos comer?
Gustav: buenas buenas, me informan que llegaremos pronto a la Riviera Francesa.
Georg: saquen comida de allá. (Apunta a un horno eléctrico)
Tú: ok, ¿y qué haremos en Francia?
Tom: yo les tengo la mejor propuesta, miren esto (deja un papel sobre la mesa en la que comíamos.)
Gustav: ¿fiesta?
Georg: wow.
Tom: es acá mismo, es alejada de las ciudades más bulliciosas, un área más vip & cerca del mar.
Tú: se ve bien.
Bill: ok, iremos a eso, pero no se olviden que mañana está la sesión de fotos y tenemos que ver con Lucas la producción del cd
Tom: siempre tú y tus comentarios aburridos. Los quiero a todos listos a las 10 p.m para irnos allá.
Gustav: está bien,  pero ojalá estés sobrio para manejar de vuelta al bus.
Tú: jajaja.

Pasó la tarde acelerada y divertida, unos tantos videojuegos, comer cosas ricas y conversaciones inútiles, viviendo así me volveré una vaca. Cuando eran las nueve y media, subí a cambiarme de ropa para salir, me puse un jeans, converse & una polera súper normal, creía que la fiesta era simple, pero cuando bajé me encontré con cuatro machos vestidos de la mejor manera.

Tú: ¿por qué están tan arreglados?
Tom: supongo que no irás así.
Tú: ¿que tiene?
Bill: te ves bien, pero por mucho que Tom hable de una "fiesta" siempre son galas con gente millonaria, todas las mujeres irán con vestidos.
Tú: ¿VESTIDOS?
Gustav: claro, ¿no tienes?
Tom: no te preocupes, si no tienes Georg te prestará uno.  jajajaja
Georg: .l.
Tú: no, si tengo, espérenme un segundo.

Subí nuevamente y con la rapidez que me caracteriza busqué un vestido, una diseñadora siempre tiene de todo en ropa, me puse un vestido rojo, unos aros, un poco de maquillaje y el pelo suelto, si a los pájaros no les gusta ser enjaulados, a mi pelo tampoco le gusta ser amarrado.


 Bajé las escaleras con el mayor cuidado posible, no quería caerme, menos con los zapatos que llevaba puestos.

Tú: ya, y a la otra avísenme antes que la fiesta es formal ¬¬
Tom: wow, que piernas.
Bill: cállate degenerado.
Gustav: te ves bien (tunombre) (:
Georg: tengo hambre, ¿podemos irnos?
Tom: sigan a papá Tom.

No sé cómo ni de qué forma Tom tenía un auto acá, parece que era el auto en el que venía David.

Tú: (adentro del auto) oigan ¿y las demás personas? David, Natalie, los demás...
Tom: están una ciudad más atrás, no sé como son tan lentos. Pero así es mejor, si David estuviera aquí no nos dejaría arrancarnos a una fiesta.
Tú: Tom, puedes mirarme a la cara cuando me hablas y no a otras partes ¬¬
Tom: no.
Bill: ¬¬
Gustav: ¿cuánto tiempo demoraremos en llegar?
Tom: creo que es una hora hasta allá.
Georg: ¿UNA HORA? que lejos.
Bill: sólo enciende el auto y vamos.

Narra Bill:

No me gustan muchos las fiestas, todos bailan como condenados y yo parado como imbécil en la barra contando los segundos para irnos, no es que sea aburrido, pero soy muy alto y bailo tan mal como una abuela de ochenta años.

Tom: Bill, ¿te bajarás del auto o te quedarás pensando toda la noche?
Bill: ah, lo siento, estaba…
Tom: si, si, volando en otro mundo, ya baja, ya están todos adentro.
Bill: okey, okey.

Adentro había miles de personas bailando, las mujeres con vestidos muy llamativos, colores exagerados y los hombres con trajes formales, yo, jamás me pondré algo así, voy arreglado, pero a mi estilo, no me gustan las camisas y esas cosas, ¿y (tunombre)? Se veía realmente hermosa con ese vestido rojo ¿dónde estará?  Odio esa necesidad de verla, pero está bien, hasta que no tenga la necesidad de sentirla…

Bill: ¿dónde están todos?
Tom: Georg se fue allá a bailar & (tunombre) está bailando con Gustav jaja, Gustav es como un oso sin ritmo jajaja.
Bill: jaaja, no seas malo idiota.
Tom: bueno, yo me iré a conseguir algunas chicas, ¿no vas?
Bill: no, estoy bien aquí.

Pasaron dos canciones y todos bailaban y bailaban, se me acercó una chica pero realmente no quería bailar con ella así que sólo la persuadí para que no comenzara a acosarme. Pero de pronto llegó otra chica a la que no podía persuadir.

Tú: ¡Bill! Vamos a bailar, no puedes estar parado aquí todo el tiempo (lo jalas del brazo)
Bill: no, yo, yo no bailo…
Tú: ¿tú no bailas? (confundida) ¡Todos bailan, querido! No me puedes decir que no sabes moverte.
Bill: no, realmente bailo pésimo, no sé bailar.
Tú: ay Bill, vamos, no me puedes decir que no.

Ella, ella se veía como la mujer más feliz del mundo, tan espontánea y tan resplandeciente, no me había dado cuenta y ya estaba en la pista de baile sin moverme, ella me miraba con una sonrisa enorme pidiéndome que bailará, su cintura se movía de un lado a otro y creo que no podía dejar de mirarla, terminó la canción y fuimos nuevamente a la barra, nunca supe qué demonios hice, creo que bailé, o algo así.

Tú: jaja realmente bailas MAL.
Bill: ves, te lo dije.
Tú: jajajajaj.
Bill: ya no te rías de mí. ¿Por qué no vamos a ver la playa?
Tú: verdad que Tom dijo que esta cosa estaba cerca del mar.

Nuevamente no supe que hacía, pero ya da igual, estábamos afuera, el mar realmente es poético, inmenso, bravo pero a la vez sereno.

Tú: oooooooooooooooooooooooooú yeah! Esto es vida, el mar, la arena, el aire. (decía mientras observaba el lugar y se quitaba los zapatos)
Bill: auch, hace frío.
Tú: ¿frío? No seas anciano. Si tuviera ropa adecuada estaría en el mar.
Bill: jajaja, ¿en el mar? Estás loca, jamás podrías entrar al mar con este frío y a esta hora.
Tú: ¿Qué sabes?
Bill: es lógico.
Tú: sólo lo dices porque tú no te atreves.
Bill: si me atrevo, sólo que no quiero.
Tú: mentirooooooooooooooooooooso.
Bill: es verdad, tú eres la que no te atreves, un vestido te lo impide.
Tú: créeme que el vestido no es un gran limitante.
Bill: claro, te creo.
Tú: idiota.
Bill: pero si no lo harías, y yo tampoco, asumámoslo.
Tú: sabes qué, mucho blablá.

Ahora sí que no podía creer lo que estaba viendo, se sacó el vestido frente a mis ojos y sólo con ropa interior, corrió al mar y en dos segundos había desaparecido de mi vista, entró al agua rápido y sin pensarlo dos veces, estaba loca, LOCA. Era perfecta, sus curvas, su cuerpo, su forma de ser tan atrevida.

Tú: (susurrando) mierda, hace frío.  (Gritando) ¡Kaulitz, ven, el agua está tibia!
Bill: ash, qué más da.
Le seguí el juego, no la dejaría sola, me saque la ropa y entré al mar en bóxers, sí, también me había vuelto loco.
Bill: ¡MIERDA! Moriré de hipotermia.
Tú: ¿a caso me creíste que el agua estaba tibia? Jajaja.
Bill: estas demente. Vamos más allá.
Tú: no, sueña, está muy hondo.
Bill: ¿no sabes nadar?
Tú: si, si sé, pero soy lenta, torpe, no nado como pez, además, está muy hondo.
Bill: vamos ven. (Te toma por la cintura y nada más allá)
Tú: ¡ahh! Bill, no, me voy a ahogar.
Bill: ¿ves? No pasó nada.
Tú: idiota tarado, no me sueltes, o sino muero.
Bill: (sonriendo) no te preocupes, no te soltaré.



Buenos días mis queridas, lo lamento por no haber subido antes, pero necesito más comentarios para subir más rápido y tener más inspiración, espero les guste este capítulo y sigan leyendo esta historia. ♥



y ¡Feliz cumpleaños para estos hombres tan exquisitos ♥!