Ale: ¿en qué sentido? ¿Qué pasó?
Tú: -le cuentas todo-
Ale: ¿pero qué se cree? No, nada de nada, no te quiero llorando, se porto
mal.
Tú: asshhh, pero es que tengo rabia, siento que me gustaría escapar de mí,
arrancarme algo de esta personalidad de mierda, siento que a veces no encajo en
mí misma.
Ale: siendo sincera, creo que no fue sólo tu culpa, así que tranquila.
Narras tú:
Esa noche Ale se quedó conmigo hasta que me dormí, me sentía cansada y
entre pensamientos volví a dormir, me parecía haberme vuelto más insegura, y
ese pensamiento de debilidad me calaba hondo. Cuando Ale ya estaba durmiendo,
lentamente abrí el cajón de mi velador y saqué una tarjetita de celular que
guardaba ahí, un chip antiguo, el cuál le puse a mi celular para que cambiara
el número y mis contactos también, para volver por completo, a mi casa, a mi
vida, a mis amigos, a mi universidad, definitivamente.
Después de ese día pasaron alrededor de 7 meses en total “tranquilidad” volví a mi
rutina, y a juntarme con mis amigos, los días se pasaban parecidos y sin ningún
inconveniente, Ale siempre estaba a mi lado, y con ella era la única persona
con quién tocaba el tema de Bill, un día recuerdo que Matías me preguntó sobre
eso, y con una sonrisa en el rostro le respondí que no se preocupara, que fue
un error y que ahora estaba ahí, nueva, y bien.
Todo siguió así hasta un miércoles, había ido a la biblioteca a buscar
libros y me había quedado vagando hasta muy tarde, cuando llegué noté que al
costado de la puerta de mi departamento había un hombre sentado en el piso,
tenía el pelo corto y extraño y mucha ropa, pensé en un vendedor, o algún
vagabundo, de todas maneras parecía dormido porque apoyaba su cabeza en sus rodillas
que estaban dobladas hacia su cuerpo, así que sigilosamente me acerqué y abrí
la puerta, entré y cuando me disponía a cerrar, una mano detuvo la puerta.
Tú: ¡Mierda! ¿qué quiere? No tengo dinero ni nada.
X: ¿tanto te olvidaste de mí?
La voz retumbo de manera semejante a un tambor tocando en mi oído.
X: Perdón-decía apoyándose con esfuerzo en mi puerta- perdón por no haber
venido antes.
Tú: ¿Bill?
No cabía en mi asombro ¿aquél era Bill? Parecía completamente otra persona,
completamente distinto, tenía el pelo de otro color, más corto y llevaba el
abrigo más largo que haya visto.
Tú: ¿E-eres tú?
No quería mirarlo, aunque la curiosidad me estuviera matando no iba a
mirarlo directamente.
Bill: ¿realmente no me recuerdas? como si creyera que te olvidaste de mí.
Tú: Que arrogancia, ¿qué quieres?
Bill: ¿Por qué te fuiste?
Tú: ¿perdón?
Bill: ¡Por qué te fuiste maldita sea!
Tú: ¿Ahora, ahora, que pasaron meses, vienes y me preguntas eso?
Bill: ¡Sí, ese día dije que te vendría a buscar, compré boletos y todo pero
a último momento no pude viajar, luego te llamé, te llamé y te llamé!
Tú: ¡No grites! Además ¿qué querías que hiciera ese día? ¿Qué durmiera en la calle
como un perro? Esa noche también te llamé y TÚ no me contestaste.
Bill: ¡Debiste haber vuelto a la casa!
Tú: ¿y haberme humillado? ¡porque eso pasaría, llegaría, y tu mamá me
trataría mal como siempre lo hizo!
Bill: ¡Esas no son excusas!.-se acercaba con pasos largos hacia ti-
Tú: ¡Te estás olvidando de todo, imbécil! ¡te estás olvidando de que tú me
dijiste que no me querías ver más! ¡Aléjate!
Bill: -te toma un brazo- ¡Eres una estúpida! ¿Cómo querías que me sintiera?-
te empuja contra una pared-
Tú: ¡suéltame imbécil, el estúpido eres tú!
Mientras que con un brazo sostenía una de mis manos, con la otra tomó mi cintura
y me acercó más a él, gracias a esto pude mirarlo mejor, su rostro-después de
todo- era el mismo, ya no llevaba maquillaje y tenía algo de barba, y claro, lo
sentía mucho más fuerte, el antiguo Bill nunca hubiera tenido la fuerza para
someterme a quedar entre él y la pared, sin poder moverme. También puedo
agregar que me tenía loca la maldita sensación de calor, sentía que me recorría
el cuerpo y se alojaba en mi cara, en mis mejillas, creo que me puse roja hasta
las orejas, era una mezcla de rabia y excitación por sentirlo tan cerca, por
sentir como su pantalón rosaba mis piernas que estaban sólo cubiertas por un
vestido.
Bill: Cambié de opinión, ya no te quiero lejos.
Tú: suéltame, te lo advierto.
Bill: -sonríe- ¿Qué me vas a hacer?-toma una de tus piernas y comienza a
besarte-
Tú: -sigues el beso-
Bill: ¿ves? no puedes hacer nada .-vuelve a besarte-
Tú: -le sigues el beso, pero luego lo muerdes fuerte-
Bill: ¡auch!
Tú: -lo empujas- sal imbécil, ándate ¿crees que puedes venir acá y hacer lo
que quieras? ¡cómo si te necesitara!
Después de esa breve visita -en la que lo terminé echando- me sentí
totalmente destruida ¿qué había sido eso? Parecía como si toda la ternura y
carisma se le hubieran ido y su egoísmo puro, mezclando con arrogancia lo
hubiera arrojado a hacer estas cosas, la curiosidad me está matando, porque a
pesar de que no lo quiero volver a ver, no puedo estar más emocionada,
alterada, como si hubiera renacido un pájaro en mi pecho que ahora esta
aleteando en mi garganta, pidiendo escapar.
Hola, partiré deseándoles un Feliz, feliz & feliz año nuevo, la verdad no subía hace mucho tiempo y recién hace poco pasé a ver sus comentarios que realmente me hicieron feliz, y les pido disculpas por esto, pero siendo sincera, este fue un año horrible para mí y después de ciertas cosas realmente las ganas de escribir no venían, ni siquiera pensaba en historias, en nada! era como tener la cabeza ocupada sólo en cosas que me estaban preocupando y eso me hacía sentirme mal u-u espero puedan comprenderme, quizás también les ha pasado, aunque espero que no, bueno, eso, gracias por su apoyo & todo, ojalá les guste el capítulo♥